miércoles, 19 de mayo de 2010

Area Pastoral




VIVIMOS EN ISLAS, SEÑOR…
Vivimos en islas, Señor,
cada uno en su casa,
con sus cosas,
con su seguridad.

Vivimos en islas, Señor,
cada cual con sus amigos,
con sus mascotas
y sus papás, y sus cosas…

Vivimos en islas, Señor,
no sé qué le pasa al vecino,
tampoco me importa el de al lado,
en mi isla vivo pero no soy feliz.

Damián, vivió en una isla,
pero la isla no le aisló.
Damián transformó una isla
y la convirtió
en un continente de Amor.

Damián compartió en la isla,
Damián hizo casas y colocó vendas,
Damián ofreció lo más grande
que les vino a traer:
a Jesús, su amigo Jesús.

Molokai ya no es una isla,
es el símbolo del compartir.
Hagamos aquí una historia
como la isla del compartir
y seamos como Damián,
para todos un hermano,
con Jesús y con María,
siempre atentos en el dar.

Y a ti… ¿qué cosas te tienen aislado, viviendo encerrado, ajeno a la vida y a la alegría que es el dar y el darse? ¿tu casa… tu celular… tu auto… tu música… tu netbook… tu…?
¡Mira a Damián y sal fuera para ser libre y ser feliz!